El Gran Vidrio
En pleno siglo XXI tenemos una obra de magnitudes monumentales, cuando Marcel Duchamp imaginó la magnitud de su pieza, seguramente como en un partido de ajedrez planeó de manera perfecta la resonancia de su pieza en la historia del arte.
Es bien sabida la gran jugada de Rose Selavy o R. Mutt, al dejarnos piezas de arte conceptual para que intelectuales, artistas, críticos y demás gente que se nutra de letras escriba infinidad de afirmaciones, teorías y grandes volúmenes de palabras que nos expliquen los enigmas que Marcel nos legó. De pronto el mundo da un giro sobre los pensamientos de éste hombre y nos encontramos entre la conciencia que nos reclama respuestas al ver un orinal y la experiencia estética ante la novia desnudada por los solteros eyaculadores que los separa un abismo de aluminio.
Nuestros ojos de han detenido ante lo tremendamente cotidiano, de pronto todo es arte, cosa que ha llenado de basura y artefactos que claman aceptación, siendo estos huérfanos de su tiempo, un sinfín de piezas que no nacieron en su tiempo y ahora como diría Kandisnky son hijos muertos de su tiempo.
Regresando a la pieza que nos concierne que es ¨El Gran Vidrio¨, diremos que Octavio Paz lo analiza de la manera para acercarnos a él, de pronto todo cobra significado cosa que el mismo Duchamp al leer el libro que Paz le envía le responde con un telegrama ¨Gracias. He aprendido muchas cosas¨, con ello vemos la manera en que Duchamp se reinventa, se sacude se ironiza, un hombre que sin dudas sabia de su fuerza creadora y crítica.
Para Octavio Paz el Gran Vidrio es la llave maestra para penetrar los enigmas duchampianos; dice bien: “Ese cuadro es un texto” cuyas “claves incompletas” están en la Caja verde y en la Caja blanca. Incompletas, pues son nada sin la obra cristalizada. Éste es el punto, las Cajas permiten una reconstrucción morosa y detallada de los elementos, funciones y entramado dinámico presentes en el Gran Vidrio. Reconstrucción que no nos entrega, ni mucho menos, sus claves últimas, pues éstas son, a fin de cuentas, indescifrables.
¨ La Novia puesta al desnudo por sus Solteros, aun… “Puesta al desnudo” de la novia no debe entenderse como desnudada o desvestida, sino como rito escénico o exposición teatral. Y no se trata de pretendientes, sino de solteros, o sea, de personajes condenados a “una separación infranqueable entre lo femenino y lo masculino”. Y en cuanto a traducir même por aun, obedece al intento del poeta por subrayar el carácter azaroso de un término que, en rigor, “no significa nada” y nos deja en suspenso. Entrado ya en el núcleo de la obra, hay dos conceptos fuertes utilizados por Paz que llaman la atención: “Idea” y “texto”. Conceptos que nos indican, siempre según el poeta, que podemos considerar el Gran Vidrio como una especie de “pintura como filosofía”. O con más amplitud, como una obra que encarna “las tres ciencias que rigen el universo de Duchamp —la erótica, la meta-ironía y la metafísica”. Paz hablará también de la “descripción gráfica del funcionamiento de una máquina y representación de un ritual erótico”. Si de precisar argumentos se trata, podríamos quedarnos con la identificación del Gran Vidrio como “un objeto de cuatro dimensiones (…) que es una Idea (…) que se resuelve al cabo en una muchacha desnuda: una presencia”. Objeto cuyo contenido latente lejos de poder ser percibido con los sentidos, exige un arduo esfuerzo de desciframiento: “El cuadro es un enigma y, como todos los enigmas, no es algo que se contempla sino que se descifra.” 1
1 APARIENCIA DESNUDA: LA OBRA DE MARCEL DUCHAMP, PAZ OCTAVIO. ALIANZA EDITORIAL 2003